Imagen: Ex-Ante |

Un tenso momento se vivió en el debate Archi cuando José Antonio Kast acusó a Gabriel Boric de tener una supuesta denuncia por abuso, y luego, de acoso sexual. Desde el comando de Boric afirmaron que el candidato no cuenta con ninguna acusación en su contra, y que están evaluando interponer una acción legal contra la carta republicana.

Por Catalina Butrón

En la mañana del 10 de diciembre, los candidatos a la presidencia Gabriel Boric (Apruebo Dignidad) y José Antonio Kast (Frente Social Cristiano), participaron en un debate organizado por la Asociación de Radiodifusores de Chile, a solo nueve días de las elecciones. Pensiones, migración, Derechos Humanos y la Convención Constituyente fueron algunos de los temas discutidos por los abanderados, en un encuentro marcado por las interpelaciones personales. 

Cerca del término del segundo bloque ocurrió uno de los momentos más tensos del debate, cuando, seguido de una serie de emplazamientos entre los candidatos, José Antonio Kast interpeló a Gabriel Boric por una supuesta denuncia de abuso en su contra. “¿Le pediste perdón a la mujer que te acusó de abuso?”, fueron las palabras del líder republicano que encendieron la discusión. 

Por su parte, el parlamentario de Convergencia Social respondió, calificando de “grave” la interpelación y sostuvo, como en otras ocasiones, que se encuentra disponible para cualquier procedimiento judicial, además de exigirle una disculpa a su contrincante, por “inventar una vez más mentiras falsas”. El altercado finalizó con una intervención de los organizadores de la instancia, quienes optaron por silenciar los micrófonos de ambos candidatos. 

Video: CHV Noticias, vía Youtube. Si no puedes visualizar el contenido, haz click aquí

Al cierre del encuentro, Kast se disculpó con el abanderado de Apruebo Dignidad, reconociendo su equivocación al reiterar que se trataba de abuso y no de acoso, que sería el motivo por el que se le estaría acusando al diputado de oposición. 

En el punto de prensa habilitado tras el fin de la actividad, Boric no descartó la posibilidad de interponer acciones legales contra su adversario presidencial. Sin embargo, el candidato republicano continuó con la discusión en redes sociales. Al día siguiente del debate Archi, José Antonio Kast acusó a Gabriel Boric en su cuenta de Twitter de “desviar la atención” sobre el tema, emplazando al parlamentario a confesar y pedir perdón por sus supuestos actos. 

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¿Qué pasa cuando se utiliza un tema tan delicado, como una acusación de acoso o abuso, como herramienta para fines políticos?

La supuesta acusación en contra de Gabriel Boric ha generado una serie de hashtags en Twitter, que inculpan al candidato de Apruebo Dignidad de haber cometido acoso y abuso. Sin embargo, tanto los movimientos feministas como los liderazgos femeninos detrás de su campaña, han aclarado la situación en reiteradas ocasiones, afirmando que la denuncia, difundida sin la autorización de la víctima, se debería a conductas machistas e inadecuadas que ocurrieron en 2012. Asimismo, han desmentido los dichos de su contrincante, asegurando que el abanderado de oposición no cuenta con ninguna denuncia. 

La diputada electa por el distrito 10, Emilia Schneider, se refirió al tema durante su participación del domingo 12 de diciembre en el programa ‘La Mesa de las que Sobran’. 

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Schneider también se refirió al tema en su cuenta de Twitter personal.

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El problema de esto es que no sólo genera confusión en cuanto a la diferencia entre ambos términos, sino que afecta a la integridad de la persona involucrada, quien pidió que no se hable más del tema. Y también, es una irresponsabilidad con las personas que han sido víctimas de violencia sexual, lo que puede desencadenar una revictimización para los sobrevivientes. 

Abuso y acoso: ¿son lo mismo?

Según la Fiscalía de Chile, el abuso sexual se entiende como:

“La realización de una acción sexual, distinta del acceso carnal, como por ejemplo: tocaciones o besos en área de connotación sexual; simulación de acto sexual; exhibir o registrar material pornográfico particularmente a menores de edad o presenciar espectáculos del mismo carácter, entre otros”.

A diferencia del acoso, el abuso está tipificado como delito en los artículos 365 bis y 366 del Código Penal. Estos actos de violencia pueden ser denunciados en organismos estatales como Carabineros de Chile, Policía de Investigaciones, Fiscalía y Tribunales que cuenten con competencia penal, así como también en Gendarmería, en caso de que el delito ocurra en un recinto penitenciario

El acoso sexual, por su parte, no cuenta con una definición clara en la legislación chilena: es reconocido y tipificado únicamente en un contexto laboral, deportivo, público o educativo.

El Código del Trabajo reconoce el acoso cuando “un hombre o mujer realiza en forma indebida, por cualquier medio, requerimientos de carácter sexual, no consentidos por la persona requerida (hombre o mujer) y que amenacen o perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades en el empleo” (Artículo 2, inciso segundo, del Código del Trabajo). Las conductas catalogadas como acoso incluyen acciones por parte del acosador sobre la víctima que representen un carácter sexual indebido, producido por cualquier medio, incluyendo las propuestas verbales. El acoso en contexto laboral debe ser denunciado con el empleador, o directamente con la Inspección de Trabajo. 

Imagen: Secretaría Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación

En el ámbito deportivo, el acoso sexual está definido como “cualquier conducta en que una persona realice, por cualquier medio, requerimientos de carácter sexual no consentidos por quien los recibe y que amenacen o perjudiquen su situación deportiva o sus oportunidades de competición”. La Ley 21.197 es la encargada de exigir protocolos contra el acoso, abuso, discriminación y maltrato en las prácticas deportivas. 

Finalmente, dentro del contexto educativo, la Ley 21.369 establece que el acoso es “cualquier acción o conducta de naturaleza o connotación sexual, sea verbal, no verbal, física, presencial, virtual o telemática, no deseada o no consentida por la persona que la recibe, que atente contra la dignidad de una persona, la igualdad de derechos, su libertad o integridad física, sexual, psíquica, emocional, o que cree un entorno intimidatorio, hostil o humillante, o que pueda amenazar, perjudicar o incidir en sus oportunidades, condiciones materiales o rendimiento laboral o académico, con independencia de si tal comportamiento o situación es aislado o reiterado”. 

Con la modificación al Código Penal introducida por la Ley 21.153 y promulgada en abril de 2019, se amplió la definición legal de acoso sexual. Aquellas prácticas de connotación sexual -ya sea física o verbal-, que tengan lugar en espacios públicos, realizadas sin consentimiento y que humillen, denigren o intimiden a la víctima, pueden ser denunciadas ante instituciones del Estado y calificadas como delito. 

Imagen: El Mostrador

Pese a todo lo anterior, la falta de una definición amplia y transversal que califique el acoso como un grado de violencia de género, dificulta la denuncia de actos que no califiquen como abuso sexual por la legislación nacional, o como acoso fuera de los contextos considerados por la ley. Por lo tanto, el foco debe estar puesto en la prevención, más que en la sanción

El rol de la revictimización

La revictimización, o victimización secundaria, ocurre cuando el acto o experiencia traumática es revivido por la víctima, ya sea por la sugerencia de situaciones que atenten contra su dignidad, una respuesta del Estado o la reproducción del relato que representa un trauma para la persona afectada. Ésta puede ser ejecutada tanto por el abusador como por instituciones públicas. 

En el caso de la supuesta denuncia que acusa a Boric de haber acosado a una persona durante sus años universitarios, la insistencia por parte de Kast sobre el tema perjudica, más allá de la imagen pública de su contrincante, a la persona involucrada, y a todas las víctimas de algún grado de violencia sexual, que ven en peligro su integridad, al revivir sucesos traumáticos. 

El uso con fines políticos de un tema tan delicado como el acoso y abuso sexual, significa un peligro y amenaza para la veracidad e importancia de las denuncias y testimonios de todas las personas que han sido víctimas de violencia en algún momento de sus vidas. 

Si eres víctima de violencia de género, o conoces a alguien que está pasando por una situación similar, denuncia al Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género, llamando al 1455. Cuenta con atención gratuita, segura y habilitada durante todo el año.