Es probable que en algún momento te encuentras una fake new y no sepas reconocerla, o quizás pienses que la desinformación no afectará tu vida. No obstante, la realidad es que puede incluso perjudicarte de maneras que no te imaginas. Sigue leyendo y entérate de toda la complejidad del fenómeno de las “noticias falsas” y por qué es tan importante evitarlas.

Por: Nathalie Tello y Antonia Mora

Hay numerosos casos de fake news en el mundo y en la historia. Algunos de los más recientes hablan sobre soluciones milagrosas al coronavirus, sobre el grafeno en las vacunas, el desarrollo de un nuevo orden mundial, e incluso en Estados Unidos se está poniendo en duda el lugar de nacimiento de uno de sus expresidentes.

Voz: Pedro Herrera (67), usuario.

             Pero, ¿qué son las fake news? El diccionario de Oxford las define como “falsos reportes de eventos, escritos y leídos en internet”. En general, estas se ponen a circular en la web con la intención de perjudicar a alguien, sea una institución, o una persona en particular. Por ejemplo, cuando asumió la Convención Constituyente, ese mismo día comenzó a circular un fake de una supuesta foto de la presidenta de la convención, Elisa Loncón, dándole la mano al exdictador Augusto Pinochet. El propósito de esto fue apuntar a una figura icónica del momento, para desestimar su cargo y lo que representa en sí: no solo ser presidenta del ente, sino también representante del pueblo mapuche.

             Ahora bien, una noticia falsa puede ser inofensiva si las personas la consideran como lo que es: algo que no verdadero. Sin embargo, este rara vez es el caso. Patricio Velasco, sociólogo de la Universidad Católica, trabaja en la ONG Derechos Digitales, y señala que el impacto de las fake news entre la gente puede ser “terrible”. Explica que “una de las principales capacidades de la información es que permite afincar expectativas (…), entonces, cuando cierta información se estabiliza, se reconoce como capaz de configurar sentido o se reconoce como legítima, esa información justamente orienta las expectativas de las personas y afecta eventualmente su actuar”. Así, se hace vital la importancia de saber distinguir cuándo un mensaje contiene información correcta o no, con tal de poder evitarlos o detener su expansión.

 

¿Qué herramientas existen hoy para evitar la circulación de las fake news? Primero, está el fact-checking, una corriente del periodismo que se encarga exclusivamente de corroborar la veracidad de la información que circula en línea o en los dichos de las autoridades. Ale Fernández, periodista fact-checker, explica que la metodología consiste, primero, en determinar qué información es checkeable (por ejemplo, una opinión no es contrastable, pero sí los hechos o datos con los que esta se sustenta). Luego, se va a la “fuente primera”, es decir, si se dice algo de alguien, preguntarle a esa persona, o buscar el registro de un evento, o un estudio, en tanto sea coherente para la verificación. En tercer lugar, se elabora y publica el reporte con la información disponible al momento de la corroboración; y finalmente, se publican también los pasos que se siguieron al checkear, con tal de que cualquier persona pueda seguir esa ruta en cualquier momento y comprobar por sí mismos.

Voz: Cristian San Martin (46), usuario.

Patricio Velasco también señala que hoy muchos usuarios corroboran la información que ven en redes sociales, pero solo cuando esta les interesa y no cuando se trata de un contenido de relevancia social. El desafío, plantea el sociólogo, es trasladar ese interés a asuntos relevantes para el colectivo, y eso podría lograrse, estima, mediante educación cívica.

El pasado 21 de septiembre fue ingresado al Senado un proyecto de ley que pretende regular las plataformas digitales. El objetivo de esto es “controlar la desinformación y la violencia en línea”, aunque el proyecto en sí es bastante vago, no estableciendo los entes sancionadores ni las conductas que calificarían como ilícitas. Ante esto, el abogado Francisco Leturia afirmó que pueden existir normas regulatorias para casos extremos, pero lo más efectivo para detener estos actos es el reproche social. 

Voz: Francisco Leturia

Finalmente, el mejor actor contra la expansión de la desinformación es cada usuario. Ale Fernández aconseja sospechar de la información que nos haga sentir una emoción muy intensa muy rápidamente. A eso se puede añadir como factor el hecho de si ese contenido lo estamos viendo en redes sociales, que no tienen garantía ni promesa de veracidad, o en algún medio de nuestra confianza, donde al menos la información pasará por una serie de filtros de facticidad antes de ser publicada, por lo cual tiene menos probabilidad de ser falsa, si bien eso no significa que esté libre de error.