Vivimos una crisis hídrico que no tiene precedentes. Las consecuencias del cambio climático comienzan a ser cada vez más evidentes. El agua, el recurso más importante para la vida humana comienza a ser escaso producto de las pocas precipitaciones que hemos recibido durante el año. Este año ha sido de los años más secos de la historia.

La zona centro-norte de Chile ha sido una de las más afectadas. En la quinta región se encuentra la comuna de Petorca, en la cual se genera el 70% de los cultivos de palta chilena. Además es la comuna más afectada por la sequía en esa región. Para producir un kilo de palta se necesitan 2 mil litros de agua. Carolina Vilches, encargada de aguas en la municipalidad de Petorca dice que en los pocos ríos que quedan en la zona se han encontrado pozos ilegales que suministran agua de forma clandestina a empresas.

¿Qué nos dice esto? No está existiendo regulación de los derechos de agua. ¿Por qué pasa esto? Según la Constitución de 1980, cualquier empresa o persona puede comprar derechos de agua en Chile. Un mercado hídrico. El agua está en manos de privados y no del Estado, así lo explica Óscar Alvear, asesor de Lexagua.

Mercadohidrico.cl es un sitio web manejado por el Ministerio de Obras Públicas que se dedica a la venta de los derechos de agua. Hoy en día el 90% del agua potable es usada por empresas. Casi toda el agua de nuestro país está en manos de privados. Esto hace difícil que se pueda llevar a cabo una correcta fiscalización y se abre a la sobreexplotación del recurso hídrico. Según Cristian Frene, científico experto del Instituto de Ecología y Diversidad, la solución a la problemática es que el Estado compre los derechos de agua.

Tal como dice Frene, el escenario no es alentador. Chile es el único país del mundo que ha privatizado su acceso el agua. Cosechas que no se pueden lograr, ganados falleciendo y un paisaje desolador están causando el empobrecimiento de la población agrícola y ganadera. Para graficarlo, podemos pensar en que hasta un grifo puede ser privado, como lo ocurrido en El Toyo, en San José de Maipo, donde la hidroeléctrica Guayacán colocó un enorme tubo de PVC para encauzar el agua de este.