Imagen: ANJUFF |

Tras el reciente informe realizado por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile en conjunto con la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino, se volvió a instalar la conversación sobre la precaria profesionalización y falta de sueldos en el balompié femenino nacional.

Por: Darío Fuentes y Ricardo Ramírez

No es un secreto que en materia deportiva el fútbol femenino ha crecido considerablemente en los últimos años. En el ámbito de clubes, Santiago Morning ha dominado la liga local con un tricampeonato; Colo Colo tocó el cielo de América al ganar la cuarta edición de la Copa Libertadores femenina en 2012; y “La Roja femenina” clasificó a sus primeros torneos de máxima categoría en el último ciclo comandado por Hernán Letelier.

A partir de esta gráfica, se puede observar el desarrollo del fútbol femenino a lo largo de los años.

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A pesar de todos estos logros, en el ámbito económico no se ha evidenciado el mismo progreso. El pasado 28 de octubre la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF) expusieron un estudio que revela la realidad de las futbolistas en el fútbol chileno.

Los datos más impactantes establecen que el 83% de las jugadoras de fútbol del medio local no reciben una remuneración económica establecida por parte de sus clubes, y el 90% de ellas realiza otras actividades, además de dedicarse al deporte que aman.

Igualmente, estos datos representan un avance con respecto a inicios de 2018. Y es que por aquellos tiempos, el 95% de las futbolistas no recibía un peso por desempeñarse en el balompié. Incluso, años atrás, en equipos como Universidad Católica se les cobraban 15 mil pesos mensuales a las jugadoras para sustentar su ficha deportiva.

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Estefany Vargas, actual jugadora de Palestino, vive desde dentro las dificultades de no recibir sueldo. Comparte su realidad y la de muchas otras futbolistas del plano local.

 

De todas maneras, Palestino, junto a otros equipos de Primera División como Universidad de Chile, Colo Colo, Santiago Morning, Everton o Universidad de Concepción se convirtieron en los primeros clubes en pagar a sus jugadoras. Una “regularidad” que ocurre hace tan solo cuatro años.

Estos números quedan muy pequeños si los comparamos con los sueldos que se manejan en Estados Unidos -potencia en la rama femenil-. Luego de muchos años de lucha por parte de jugadoras como Hope Solo, Megan Rapinoe o Alex Morgan, a partir del año 2019 ya se percibían entre 16.500 y 46.500 dólares (13.500.000 y 38.500.000 pesos) en el ámbito de clubes, mientras que la Federación estadounidense de fútbol remuneraba a sus futbolistas con 100.000 dólares (82.500.000 pesos).

 

En búsqueda de aumentar los ingresos de los clubes y tomando como referencia las señales televisivas norteamericanas, en 2020 iniciaron las programaciones de partidos de fútbol femenino. Algunas cadenas de televisión como TVN, optaron por visibilizar el espectáculo transmitiendo partidos nacionales importantes, o TNT Sports mostrando la participación de los equipos chilenos en competiciones internacionales. El encuentro que marcó la pauta fue el Colo Colo vs Universidad Católica del 7 de noviembre de 2020.

Con estos ejemplos y el éxito deportivo del fútbol femenino en los últimos años, se comienza a cimentar un camino en que cada una de las futbolistas perciba una remuneración por su trabajo. Unos tiempos en los que la mayoría superé a la excepción. Para esto, la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino, la Anjuff, no dejará de preocuparse hasta conseguir un fútbol femenino mucho más desarrollado.

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