El paro de guardaparques permitió visibilizar la función silenciosa que desempeñan día a día estos trabajadores en cada unidad del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE). Una labor que va más allá de recibir a los visitantes durante el año y que pocos conocen.

Por: Isidora Núñez Fontanez

El paro de guardaparques ha generado diversas reacciones en el país. Por una parte están quienes se muestran preocupados por las pérdidas económicas que conlleva la paralización de las actividades del turismo; mientras por otra, están aquellos que adhieren a la paralización de los trabajadores, al considerar grave el hecho de que más del 60% de ellos reciba sueldos inferiores a los 450 mil pesos.

Historia de las y los guardaparques

El primer registro histórico que se tiene de estos trabajadores fue en 1884, cuando el intendente de Tarapacá nombró a Manuel Hidalgo como guardabosque de Pozo Almonte, para velar por la protección y el uso racional de los bosques de tamarugos y algarrobos de la zona, sometidos en aquel entonces a una excesiva explotación.

Años más tarde, a raíz de la creación de la Reserva Forestal Malleco, en 1907, surge la necesidad de encontrar a una persona que no solo velase por la protección del bosque, sino que también pudiera guiar a los visitantes entregándoles información útil.
Es por esto que siete años después (1914) se contrata a Manuel Alvarado, quien es considerado como el precursor de los y las guardabosques. Manuel durante varios años fue el encargado de administrar la Reserva Forestal Malleco, además de realizar labores de vigilancia, protección y educación del lugar.

En enero de 1994, en el Primer Encuentro Nacional de Guardaparques de Chile, realizado en Concepción. Ellos, por interés propio y con el apoyo de directivos y jefaturas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), lograron el establecimiento formal (por estatutos) del Cuerpo de Guardaparques de la Corporación Nacional Forestal, así como también su incorporación a la Federación Internacional de Guardaparques, años más tarde en 2001.

Este Cuerpo de Guardaparques, se constituye como una instancia de participación y de diálogo, que permite a la CONAF cumplir de manera óptima su papel de servicio público, con el objetivo de beneficiar a las generaciones actuales y futuras.

La primera mujer guardaparque

Mirla Carrasco Kahler fue la primera mujer guardaparque en Chile. Desempeñó labores de operación y mantención del centro de visitantes Aguas Calientes en el Parque Nacional Puyehue a partir de 1974. Exactamente 60 años después de la contratación del precursor de los y las guardaparques.

Imagen: Paislobo.cl

Características de un guardaparque

“Si un sendero va a ser trazado, envíe un guardaparque; si un animal está atrapado en la nieve, envíe un guardaparque; si un oso está en un hotel, envíe un guardaparque, si un incendio amenaza un bosque, envíe un guardaparque, y si alguien necesita ser ayudado, envíe un guardaparque”.

Según el libro “Guardaparques, su historia y vivencias” creado por la CONAF, el y la guardaparque son personas que ponen sus talentos, saberes y energías al servicio de la sociedad y la naturaleza.

Estas personas realizan una labor silenciosa, la cual se basa principalmente en interpretar el patrimonio natural y cultural del país, además de contribuir de manera sustantiva a que las personas sientan propios los paisajes, plantas, animales, geoformas y procesos ecológicos que hacen del territorio nacional una “copia feliz del Edén”.

La labor que desempeñan constituye un factor decisivo tanto en la gestión de las áreas protegidas como en la vinculación de los valores de diversidad biológica y cultural con el quehacer de la sociedad chilena. Realidad que se constata día a día en cada unidad del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) donde desarrollan su labor dejando huellas indelebles en quienes tienen el privilegio de conocer la riqueza, belleza y fragilidad de los más diversos ecosistemas del país.

Funciones que los guardaparques realizan día a día

  • Educación e interpretación ambiental.
  • Protección integral del área protegida incluyendo acciones en favor de visitantes.
  • Planificación global y específica de las áreas protegidas.
  • Control y atención de visitantes.
  • Apoyo a organismos competentes (Cuerpo de Socorro Andino, Carabineros de Chile) para el rescate de personas extraviadas y accidentadas.
  • Administración del área protegida, incluyendo su mantención y reparación de la infraestructura.
  • Apoyo a la investigación científica.
  • Ejecución de censos de fauna silvestre e introducida.
  • Control de plagas y enfermedades.
  • Inventarios vegetacionales.
  • Prevención de riesgos de accidentes y siniestros, esto último por la coordinación en terreno con los funcionarios de la Gerencia de Manejo del Fuego, para prevenir incendios forestales e incluso iniciar los primeros combates.
  • Capacitación a sus pares.