Imagen: accióncarcelaria.org |

Antonella Oberti, directora de la incidencia de Red de Acción Carcelaria, nos acompañó la semana pasada en Módulo 2 para comentar acerca de su iniciativa para ayudar a las mujeres privadas de libertad en Chile y otros temas. 

Por Josefina Rochna

En una entrevista con Módulo 2, Antonella Oberti, directora de la Red de Acción Carcelaria, comentó sobre este proyecto llevado a cabo por un grupo de mujeres, que nace en 2020. A comienzos de la pandemia, cuando en el mes de abril se cierran las cárceles debido al Covid-19, se suspenden las visitas y ocurre la restricción de las encomiendas. Tras este cierre, se evidencia un serio problema con el acceso a productos básicos de higiene, tanto para mujeres como hombres. Sin embargo, particularmente a las mujeres no se les facilita el acceso a productos de gestión menstrual.

Al notar que este tema no era muy conversado ni conocido, y que se agudizó tras la pandemia, decidieron llevar a cabo esta organización en la cual que se preocupan de llevar kits de higiene para las mujeres privadas de libertad en las distintas cárceles del país. A esta situación, se le conoce como “pobreza menstrual”, la cual es la imposibilidad de personas de adquirir productos especiales para este período, que incluyen no sólo toallas sanitarias y tampones, sino también analgésicos y ropa interior.

Las principales razón ante este asunto, es el hecho que la cantidad de mujeres privadas de libertad es bajo en comparación al resto de la comunidad carcelaria, es entre un 8% – 10%, según menciona Oberti. Es por esto que no son consideradas al momento que se diseñan políticas penitenciarias, ni tampoco espacios y estructura para cárceles que sean diseñadas para mujeres. Según la Fundación Humanas, en Chile hay cerca de 3.000 mujeres en el sistema penitenciario cerrado. De este número, la gran mayoría ha sido víctima de algún tipo de violencia. El 62% reporta algún tipo de maltrato en la infancia. Además, el 72% declara haber sido víctima de algún tipo de violencia física, verbal o sexual de parte de sus parejas. Esto según el estudio Encarcelamiento femenino en Chile: Calidad de vida penitenciaria y necesidades de intervención.

Pasando a otro ámbito relacionado con el sistema penitenciario, en contexto de elecciones hace unas semanas, Oberti menciona que varios de las personas privadas de libertad, sí tienen derecho a voto, sin embargo, no pueden votar. La directora de la organización, explica que las personas que no están condenadas con plena aflictiva, si tienen la oportunidad de votar, pero, el Estado no garantiza mecanismos para que puedan ejercer su derecho a voto. Ante esta injusta situación no muy conocida, Oberti sostiene: «Nadie que este en una cárcel vota».