Cada 4 de octubre se celebra el Día nacional de la Música y los Músicos Chilenos, evento que conmemora con su fecha el natalicio de Violeta Parra. Y es que no es casualidad que en ese día se recuerde a Violeta, puesto que ella es una de las cantautoras chilenas más reconocidas, no solo en nuestro país sino que también a nivel mundial.
Hija de Clarisa Sandoval y de Nicanor Parra, Violeta Parra desde muy pequeña fue influenciada por las artes. Su padre era profesor de música, lo que llevó a que tanto Violeta como sus ocho hermanos incursionaran en la música y en el espectáculo.
En su inicio como cantante, Violeta Parra se dedicó a recolectar canciones tradicionales del campo, hecho que fue influenciado por su hermano Nicanor Parra. Para esto, recorrió el centro y sur de Chile, rescatando esas canciones que estaban al borde de quedar en el olvido. A estas les agregaría un ritmo propio del folclore nacional, en compañía de instrumentos como la guitarra, zampoñas, el cuatro, entre otro. Luego de esto se dedicaría a escribir sus propias canciones, las cuales actualmente son parte del colectivo de todos los chilenos como Gracias a la vida o Volver a los 17, por nombrar algunas.
Violeta Parra incursionó también en las artes plásticas, debido a que una enfermedad en el año 1959 le impidiera tocar guitarra y cantar. Dado a su personalidad activa, no se quedó tranquila y se dedicó a elaborar pinturas antropomorfas, en la que borraba el espacio pictórico. Sus obras se caracterizaban principalmente por utilizar colores fuertes, que representaban su emocionalidad. Entre sus pinturas más conocidas destacan «Velorio de Angelito» del año 1964, un óleo pintado sobre tela que representa una tradición muy común que estaba presente en la cultura campesina de esos años, el velar a los bebés fallecidos vestidos de ángeles, como una analogía a su pureza e inocencia. A esto se suma la propia experiencia de Violeta con el fallecimiento de su hija Rosita Clara, una de sus 4 hijos, a la cual le dedicaría además la canción Rin del angelito.
Violeta además aprendió a expresarse a través del bordado. Sus arpilleras retrataban figuras tradicionales del campo y la cultura popular chilena. La figuras eran similares a las de sus pinturas. La artista decía que «Las arpilleras son la parte hermosa de la vida, y las pinturas la tristeza de la existencia”, lo cual se puede reflejar en los diversos temas que trata en cada forma de arte. Tras cuatro años dedicándose a esto, sus obras llegaron a ser expuestas en el Pabellón Mansano del Palacio de Louvre en 1964. Según el catálogo revisado del Museo Violeta Parra, en aquella exposición se presentaron arpilleras, pinturas al óleo sobre tela o madera prensada y esculturas en alambre.
Hasta el día de hoy sus obras son consideradas importantes puesto que en cada una de ellas lograba retratar una realidad social chilena que nadie había mostrado antes al mundo. Parra estaba muy influenciada por movimientos sociales y políticos de la época, por lo cual le tenía una tendencia a mostrar la pobreza, lo aislado, aquella realidad que muchas veces era ignorada en su época.
Actualmente son cientos los artistas chilenos que se declaran influenciados por su música de alguna u otra forma. Romina Núñez, integrante del grupo musical Las Comaires, es una de ellos. Se dedica a recopilar y difundir canciones de la tradición popular. Para ella, Violeta Parra tiene una gran importancia en el rescate del folklore nacional. Así mismo, son varios los grupos musicales que han hecho nuevas versiones de sus canciones, como Chancho en Piedra, quienes realizaron un cover de «Casamiento de negros». El grupo además estuvo presente en el evento del día de la Música y músicos chilenos y conmemoración de los 100 años de Violeta. A ellos se suman sus nietos, Javiera y Ángel Parra quienes se encargan de mantener presente la música de su abuela en la actualidad a través de tocatas y conciertos.
El legado de Violeta Parra está presente en cada ámbito de nuestra cultura, haciéndose presente además en el cine con la película «Violeta se fue a los Cielos», del director Andrés Wood, la cual tuvo una muy buena recepción en el público a nivel mundial, pero sobretodo en Chile, donde se destacó la forma en que la artista y su vida fueron presentadas en la cinta.
Así, podemos ver que a sus 100 años de natalicio Violeta sigue presente.
Escucha aquí el reportaje realizado por Catalina Hernández y Marcela Drago.