A un día del cuarto aniversario del 18 de octubre del 2019l, Página 33 invitó a Julieta Suárez-Cao, subdirectora y jefa de pregrado de Ciencias Políticas, para profundizar un poco sobre el tema, a raíz de que se cumplen 4 años de la primera movilización. En esta se buscó enfocar en los efectos del movimiento social y los desafíos que se enfrentan como país actualmente, tomando en cuenta el nuevo plebiscito constitucional.
Por: Blanca Ward
Imagen: El Mostrador
Tras un contexto del estallido del 18 de octubre del 2019, Julieta contó un poco sobre los efectos que este ha traído, tras cuatro años. Comentó que fue un momento muy convulso, que al coincidir con la pandemia, fue bajando la intensidad tanto en protestas como en el proceso constituyente. A pesar de eso, ella cree que todavía se está en un momento de limbo y no hay mucha seguridad de cómo va a continuar esto en un futuro.
Seguido de eso, se dialogó en torno a las diferencias de la sociedad chilena de octubre del 2019 versus la del 2023. La invitada señaló que a pesar de que las demandas sociales del mismo minuto siguen en pie, actualmente se han sumado otras como sería el tema de seguridad social. Todo esto ha traído una ola anti-oficialista, como ella la llama, lo que cuestiona el sistema democrático como el mejor régimen de gobierno para el país, lo que genera que las demandas están más latentes que antes ya que, no han sido respondidas por las elites políticas.
Julieta comentó sobre los desafíos que se viven actualmente de cara al nuevo plebiscito y a estas demandas, que como se mencionó, cree que están más latentes que antes. Para ella, lo complejo se deriva a que las demandas que fueron exigidas en ese entonces, siguen sin ser resueltas, y además, se les han sumado otras, por lo que el proceso se vuelve más complejo.
Continuando, se le preguntó a la invitada sobre los dichos mencionados por el ex presidente Sebastián Piñera, en los que se refirió al estallido como un golpe de estado no tradicional. Ella respondió, que efectivamente esto tuvo un efecto que puso en duda la legitimidad del gobierno, pero que las movilizaciones no buscaban generar un quiebre institucional para cambiar de régimen político. Estas sí fueron movilizaciones, revueltas muy fuertes y de alta intensidad, pero piensa que no sería correcto interpelarlas como un golpe de estado.
Julieta cree que este proceso no ha comenzado todavía y el desencanto de la sociedad chilena sobre este se debe a que no han habido cambios y las demandas siguen igual. Señala que el estallido no generó ningún cambio o transformación sustantiva, sólo se generaron esperanzas de cambio y transformación en su momento, por lo que le parece razonable las encuestas que evalúan de manera negativa el proceso. Para ella es un proceso inconcluso que no desembocó en ninguna transformación importante y eso genera insatisfacción para los chilenos.
La invitada relacionó ese descontento con el desencantamiento del proceso constitucional en la actualidad. Ella cree que las demandas no surgieron por una nueva constitución, a pesar de que este sea el camino para las otras demandas. Explica la desafección de las personas por el proceso y cree que abona la satisfacción de desconfianza, desapego y mala evaluación que se le tiene.
Seguido de eso, Julieta señaló que no está de acuerdo con que hoy en día se necesite una coordinación o liderazgo en un sentido tradicional para movilizar a las personas. Comenta que en la actualidad se dan de manera más organizada y capilar, tal como fue el estallido de octubre del 2019. Esta fue una expresión inorgánica, espontánea y sin ningún tipo de coordinación. Por lo que lo toma como ejemplo, para afirmar que se pueden tener movilizaciones masivas sin coordinación previa. A pesar de que las redes sociales movilizaron personas, no fueron utilizadas como tal ni como herramienta para coordinar, sino que a través de diferentes medios, la gente fue escuchando y acercándose a marchar.
Imagen: Radio U de Chile
Terminando la conversación, la invitada respondió unas preguntas sobre los cambios que han surgido en la forma de hacer política en la actualidad, y cómo estas se relacionan a las consecuencias que trajo el estallido. Julieta dio un contexto anterior a las movilizaciones, donde destacó que hace varios años la sociedad chilena estaba participando menos en los temas políticos, como en el voto. Pero al mismo tiempo, las movilizaciones sociales resurgen con fuerza y cada vez era mayor la participación de la ciudadanía en estas. Tomando ese escenario, en el cual se dio el estallido social, cree que el desprestigio de la política empieza a alcanzar a los movimientos sociales, y que en la actualidad ni los movimientos sociales, ni los partidos políticos logran tener la legitimidad y el respeto ciudadano. Todo esto genera tierras fértiles para otros tipos de liderazgos.
Para finalizar, Julieta señaló que no tiene una predicción clara de cómo va a recordarse el estallido el miércoles 18 de octubre, pero le parece que no va a haber ningún tipo de organización relevante, si implicar que puedan verse manifestaciones, tanto pacíficas como violentas. Cerró la conversación diciendo que la sociedad chilena se ha vuelto más apática con temas políticos, sumado a una desconfianza profunda, pero que a pesar de eso, el enojo puede generar movilizaciones.
Te dejamos invitado a revisar la entrevista completa a través de Twitch.