Muchos de los productos cosméticos y de higiene que utilizamos han sido cómplices de experimentación en animales. Sin embargo actualmente se está desarrollando una tendencia que va en ascenso, qué son los productos libres de crueldad animal o cruelty free. Pero, si no utilizan animales de prueba, ¿cómo se aseguran de que los productos sean seguros para el uso humano? y, ¿cómo saber cuáles no han testeado en animales?

Por: Constanza Fernández y Amanda Ponce

En el siglo XX, una mujer estadounidense quedó ciega luego de aplicarse una máscara de pestañas. Como resultado, la industria cosmética comenzó a hacer pruebas en animales para comprobar la seguridad de sus productos antes de venderlos a la gente.

Más de 500 mil animales mueren a causa de estas experimentaciones en todo el mundo. En Chile, de acuerdo a una investigación de la ONG No Más Vivisección, el Instituto de Salud Pública (ISP) vendió 235.510 animales a instituciones públicas y privadas en el 2016 para realizar dichas prácticas.

Además del test de Draize, también es común que se utilice la prueba DL50 (Dosis Letal 50) en la experimentación animal. Con este método los animales son obligados a ingerir o inhalar las sustancias y solo  finaliza cuando 50% de la población del estudio muere. Su objetivo es medir las cantidades recomendadas para un consumo seguro para humanos.

Si no puedes ver la imagen haz clic aquí.

El desarrollo científico y tecnológico ha brindado nuevas alternativas para comprobar la seguridad de todo producto; reemplazos que no implican traumas, daños físicos y la muerte a animales. Hasta hace poco se usaban animales en pruebas de choques de automóviles, sujetándolos a los asientos y estrellándolos contra las paredes con el fin de evaluar la resistencia de los vehículos. Actualmente, con los avances, usar maniquíes o  cadáveres humanos es mucho más efectivo que someter a cerdos o perros a estas pruebas. Por otro lado, hemos visto que ya no necesitamos el testeo animal en la actual pandemia del coronavirus. Se demostró que hasta los humanos pueden someterse a nuevos productos medicinales, en este caso vacunas, y se ha podido verificar la efectividad de estas en las personas en un tiempo récord.

En la industria de la cosmética, los más comunes son los siguientes:


Si no puedes ver la imagen haz clic aquí.

En el caso de que una marca haga uso de este tipo de experimentos, puede obtener el sello que la certifique como cruelty free o libre de testeo a través de diez organizaciones. Las más conocidas son PETA (EEUU), Leaping Bunny (EEUU/Canadá) y Te Protejo (Chile).

Según la directora y co-fundadora de la ONG Te Protejo, Camila Cortínez, PETA es la certificadora menos estricta o rigurosa, pues se preocupa más de la importación que de los ingredientes y su trazabilidad. Es por esto que más marcas logran obtener este sello y por lo mismo es el más visto en Chile. Por otro lado, Te Protejo y Leaping Bunny se encargan de verificar que cada ingrediente está libre de testeo, siendo un proceso de investigación y fiscalización más difícil pero detallado y efectivo.

Si no puedes ver la imagen haz clic aquí.

En el caso de Te Protejo, el proceso de certificación tiene un valor que varía según los tramos de venta de la marca, para que todas puedan invertir en esto. Los precios van desde los $70.000 a los $900.000 anuales, siendo este último valor para aquellas empresas grandes y multinacionales.Sin embargo, existen varias empresas que afirman no testear en animales como estrategia de marketing cuando no cuentan con ningún respaldo serio que lo asegure. Camila Cortínez, co-fundadora de Te protejo, cuenta la situación de una de estas marcas.

 

De acuerdo con María José Romero, co-fundadora de la tienda certificada por Te Protejo, Paihuen, lo más complicado, en especial para pymes, es confirmar que quienes te proveen ingredientes no hayan testeado en animales. Esto se debe a que no se compra, en muchos casos, al laboratorio productor, sino que a otros dos a tres productores que re envasan los ingredientes, imposibilitando el acceso a fichas técnicas. Lo que sí se puede hacer es llegar al productor final y exigirle la ficha técnica (data chip y el cómo está testeado el producto).

En Chile, los animales no están totalmente protegidos. Existen leyes, como la “Ley Cholito”, que velan solo por la protección de animales considerados mascotas, pero no hay nada que impida, entre otras cosas, las experimentaciones en animales para la industria cosmética, práctica que está prohibida en más de 40 países

Si no puedes ver el mapa haz clic aquí.

A través de redes sociales y organizaciones como las mencionadas anteriormente, los ciudadanos y autoridades chilenas se están concientizando sobre este tipo de maltrato. A fines del 2020, un grupo de diputados y diputadas, con el apoyo de las ONG Te Protejo y No Más Vivisección, presentaron un proyecto de ley que, de acuerdo a la página de la cámara de diputados, busca modificar el Código Sanitario, prohibiendo  la experimentación en animales en la elaboración de productos cosméticos, así como la importación y comercialización de estos productos, si han sido testeados en animales.

Si bien, es probable que se apruebe, la iniciativa está en pausa. Hoy, con la redacción de una nueva Constitución, se espera que todos los animales se consideren seres sintientes y no “bienes muebles”, como establece la actual Carta Magna, y que el Estado haga todo lo que está en sus manos para que sean protegidos. Así, Chile se uniría a los países que ya prohibieron el testeo animal en productos cosméticos alrededor del mundo.

Si no puedes ver el video haz clic aquí.