A un mes de la esperada presentación del disco “De algo hay que morir”, Diego Lorenzini llegó este martes a Producto Nacional con un ukelele bajo el brazo y con muchas reflexiones sobre el recibimiento que ha tenido su nuevo disco.
Por Gabriela Méndez
“De algo hay que morir”, lanzado el agosto recién pasado es un disco que, según nos contó Diego Lorenzini, apela más al odio que al amor. “Hay muchas canciones que las hice para mí mismo, reconociendo dentro de mi sentimientos con mucho odio y rabia”, cuenta Lorenzini.
A pesar de no haber hecho una tesis ni pensar demasiado sobre qué se trata el disco, en el programa del martes lo analizamos y Diego nos comentó que lo asimila a un libro de autoayuda ya que, según el, ayuda a aceptar lo que cada uno siente y a reconciliarse con los propios pensamientos, entendiendo que cada uno tiene que cargar con una mochila que odia.
“‘Pony’, por ejemplo, fue mi intento de hacer Color Esperanza de Diego Torres. No sé si me salió bien o mal (…) Lo que me gusta de esta canción es que musicalmente, a través de la melodía trataba de equiparar el inicio, que es triste, con la alegría que tiene después”, dice Lorenzini.
A pesar de ser un disco distinto a “Pino” en temática y melodía, Lorenzini opina que las cosas nuevas que prueba suelen ser muy similares a las viejas, o son la profundización de experimentos anteriores. Algo que sí diferencia a “De algo hay que morir” de sus anteriores trabajos, es la especial atención que pone su autor en las melodías. Por ejemplo, en cómo abordar los intervalos y las subdivisiones que finalmente desembocaron en música más movida y que puede ser bailada.
Aunque el fin del cantautor no necesariamente era crear este tipo de música, fue el resultado de su interés en buscar que los instrumentos fuesen un poco más “coquetos” respecto al ritmo.
El uso de un flugel (trompeta suave), de sus manos para crear el sonido de una trompeta, silbidos y los distintos registros de voz son ejemplos de esta fijación en la melodía. “Para mi la diferencia de este disco con otros es principalmente que ahora tengo más experiencia sobre cosas que, no hacen mi música mejor, pero a mi me hacen sentir más armado, tengo más armas con las que defenderme”, dice Lorenzini.
Para él las canciones donde las letras no se entienden del todo, pueden ser muy poderosas. Nos contó sobre un viaje que hizo a Europa, en el que se relacionó con muchas personas que no hablaban español y, según el, eso ayudó a que su música fuera abordada de forma distinta. La combinación entre lo que las personas entienden de la letra, sumado a la música que la rodea, generan una tercera cosa, que es lo que a las personas de fuera de Chile, que no entienden los chilenismos o el español en absoluto, finalmente les llega.
“Que yo ocupe los chilenismos es el resultado de mi interés en tratar de escribir de la manera más sencilla posible cosas que no necesariamente sean tan sencillas, pero que no basen su profundidad en el carácter de las palabras. No en la forma, sino que en el fondo”, explica Lorenzini.
Diego Lorenzini se estará presentando el próximo 25 de octubre en el centro cultural Matucana 100 para presentar su nuevo disco De algo hay que morir. Las entradas están disponibles a través de la plataforma web del recinto, pero se encuentran agotadas actualmente y aún no hay información sobre si se dispondrá de más espacio.
Si quieres escuchar el programa completo, haz click en el reproductor. La entrevista la puedes encontrar al principio del audio.
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