¡Regresamos a Oceanía! La influencia británica y la tradiciones autóctonas de los maoríes, como el Haka, son solo algunas de las muestras de una peculiar diversidad cultural de este país, junto con su variedad de paisajes y fauna. En Punto Cero fuimos a descubrir qué otras sorpresas ofrece el país de los Kiwis.
Por María José Milla
Al oriente de Australia, encontramos dos islas que conforman un país no menos interesante que su vecina occidental. Nueva Zelanda está separada por el estrecho de Cook, cuya capital Wellington se encuentra en la isla norte. Aunque la mayoría de la población habla en inglés, el idioma de los maorí también se posiciona otra lengua oficial, siendo elemento fundamental para constituir la actual cultura neozelandesa.
Precisamente, una tradición muy propia del maorí es la danza del Haka. Este baile ha sido muy utilizado para distintos ritos tanto en tiempos de guerra como de paz, como una forma de demostración de fuerza e intimidación por parte de quienes la bailan. Sin duda esta danza se ha popularizado gracias a los All Blacks, el equipo nacional de rugby, quienes suelen llevarla a cabo antes de cada partido.
Debido a su aislamiento geográfico, Nueva Zelanda posee una diversidad natural única en el mundo. Se pueden encontrar desde amplios bosques y praderas, hasta extensas cadenas montañosas y glaciares, muy conocidas por ser lugar de grabación de la saga «El Señor de los Anillos». Dentro de su flora y fauna destacan la Kaponga, cuya hoja se asemeja al de un helecho; y el Kiwi, una pequeña ave terrestre, se han convertido en recurrentes símbolos nacionales del país.
Si hablamos de gastronomía, Nueva Zelanda, encontramos un método de cocina proveniente de los maoríes, el cual solían cocinar al vapor, carne o pescado, utilizando piedras calientes. Y dentro de platos típicos, tenemos al whitebait fritter, un tipo de pez muy abundante en las costas neozelandesas, que suele servirse de forma frita, Y también existe un postre llamado Pavlova, un tipo de tarta muy ligera y cremosa, cuyo nombre se dio en honor a Anna Pavlova, una importante bailarina rusa que visitó el país en 1926.
Un aspecto reciente muy importante de este país es su literatura. Esto es debido a la escritora Eleanor Catton, quien gracias a su novela The Luminaries, consiguió el premio Man Booker en el 2013, uno de los premios de literatura más importantes de habla inglesa. En ella, la autora logra combinar elementos propios de la novela histórica junto con aspectos de la astrología, que influyen en las acciones de sus personajes.
Por otra parte, Nueva Zelanda también ha destacado en el área de la ciencia. Ernst Rutherford y recibió el Premios Nobel de química por proporcionar un modelo atómico que permitió probar la existencia de un núcleo atómico formado por protones y neutrones. A su vez, Maurice Wilkins recibió el Premio de Medicina por investigaciones con los rayos x, fundamentales para lograr la descripción del ADN.