Las mentes brillantes que han moldeado con ideas e invenciones el mundo de hoy, son en su mayoría, hombres. Para intentar entender el porqué de esto, hay que analizar los parámetros y reglas existentes para entrar en este club.
Por: Teresa Leiva Ubilla
Una mujer, a temprana edad se da cuenta de la ausencia femenina en la historia. Simultáneamente iniciada su educación, asimila la poca u ocasional representación de su género en la política o en el poder, y aún menos, como figuras intelectuales. Por lo que la pregunta es ¿a quiénes tienen cómo referentes las jóvenes al crecer? ¿De qué manera amplían sus horizontes?
Mirando a nuestro alrededor, podemos partir analizando el desarrollo de las telecomunicaciones, para la invención del teléfono, de la tele, de la radio, tuvieron que desarrollarse muchos hallazgos científicos, la mayoría ocurridos en la ilustración, que hicieron posibles el manejo de la electricidad, el sistema de cableado y los estudios sonoros necesarios. Pensamos en nombres como; Thomas Alva Edison o Graham Bell, pero ¿les suena el nombre de Hedy Iamarr?
Puede que a algunos sí, porque es el nombre de la autora intelectual de los primeros estudios firmes del sistema inalámbrico de comunicación, lo que hoy en día conocemos como Wifi. Sin embargo, la mayoría de la gente reconoce este nombre por su exitosa carrera en Hollywood, dado que nunca se le adjudico legalmente la autoría de sus aportes en el estudio. Claramente para la época, el ser hermosa, inteligente y talentosa (más encima en dos áreas completamente distintas) al mismo tiempo, disociaba el paradigma femenino y hacia ruido en el esquema social.
Nombres como el de Hedy hay en todas partes. Recién en la modernidad comenzamos a valorar y aprender de autoras intelectuales como Aspasia de Mileto, pionera en la ginecología, que estudió el sistema reproductor femenino en la antigua Grecia. Émilie du Châtelet, que no fue solo la amante de Voltaire, si no una matemática y escritora de las mentes más brillantes de la ilustración. Ada Lovelace, conocida como la primera programadora de la historia. Nettie Stevens, genetista que descubrió la existencia del cromosoma X, siendo el primer estudio firme sobre la asociación herencia-genero. Todas estas mujeres opacadas bajo la sombra del prejuicio y falta de oportunidades.
Entender las razones por las cuales se producía este fenómeno, se hace mucho más fácil desde analizar y entender el patriarcado, entendiéndolo como parte fundamental del contexto histórico, que tiene como base, el rol social de inferioridad en el que la sociedad ha encasillado a la mujer.
Pero la verdadera pregunta de esta columna es ¿dónde está nuestra genialidad? ¿Dónde están las grandes mentes femeninas que cambiaron y van a cambiar el mundo? A raíz de esto, ¿no les pasa que perciben a las niñas pequeñas mucho más despiertas, estimuladas y maduras en relación con los niños varones?
Para responder esta pregunta, Priscila Rocha, profesora del colegio Saint Gaspar College y de la Universidad Alberto Hurtado, visualiza el cambio en el desarrollo de los niños y adolescentes entre hombres y mujeres en relación con la medición intelectual escolar. Estudios demuestran que las niñas tienen mejores notas en básica, pero que son sus compañeros hombres los que comienzan a destacar en la media. Además de la explicación de que estas diferencias vienen desde la influencia social, en los intereses de ambos géneros, Priscila destaca que la vara de medición de la intelectualidad académica está muy relacionada a las experiencias de hombres. Partiendo desde que es un sistema educativo que no ha tenido muchos cambios trascendentales desde el 1800, cuando el acceso era exclusivo para los hombres.
Es por esto que las materias a estudiar tienen un sesgo de género, entendiéndose como fundadas por y para hombres. Pero que sin embargo, son cada vez menos exclusivamente de ellos.
Del mismo modo en la historia, en toda entrega de información hay márgenes, decisiones de lo que se deja y lo que se saca y ¿acaso no fueron en su mayoría hombres blancos occidentales y heterosexuales los que escribieron la historia que hoy estudiamos y de la que estamos hablando ahora?
¿Ser feminista es adaptarse a un mundo de hombres?, o ¿hay que cambiar el mundo para que sea más femenino?, pensemos por ejemplo en Margaret Thatcher, que es una mujer de poder (no creo eso sí, que la podamos considerar, como es el tema de hoy, cómo una genio) ella representa una mujer adaptada en el mundo de los hombres, al ser tremendamente machista. Elementos femeninos también se puede ver en hombres, sin embargo ese es el tema de la próxima columna. Por lo que para no desviarnos, los dejo con las palabras de Priscila.
«En conclusión, se debe cambiar la vara en la educación, no es algo nuevo decir que la educación es la base de la sociedad, por lo que, para poder verdaderamente superar las brechas de género, se debe tener un enfoque de género transversal en todas las disciplinas estudiadas. Apuntando de esta forma, a generar más modelos a seguir por las jóvenes, que les abran el espectro de las posibilidades e incentivar a las mujeres a hacer cambios y “poner de su cosecha” en cada disciplina.»
No es que el invento de cierta científica, o que la obra de cierta artista, o que el trabajo de cualquier mujer intelectual sea inferior en comparación a el de los hombres, sino que están medidos con la barra equivocada.
El objetivo es que cuando en el futuro miremos la historia nos haga sentido como algo nuestro, no como algo en lo que no tuvimos ni voz ni voto, y en donde tenemos que reprimir características intrínsecas femeninas como la emocionalidad, la escucha, el sentido de comunidad y el perdón, para poder lograr el “éxito” establecido por el criterio de otros.