Para convertirse en quienes sueñan, las personas tienen que pasar por varias etapas en sus vidas. Cuando se trata de lo académico, un conjunto de pruebas de admisión les otorgan un puntaje que determina su ingreso a la educación superior. Este año, el DEMRE anunció que desde el 2022 se podrá rendir la Prueba de Transición universitaria (PDT) en julio y en diciembre ¿Qué implicará esta medida para los futuros postulantes?
Por: José Arriagada y Macarena Salazar
En Chile, desde hace décadas el sistema educacional ha sido cuestionado por la gran desigualdad que genera. El elitismo en el ingreso a la educación superior se ha combatido desde el sistema de bachillerato iniciado en 1850, transformado posteriormente en la Prueba de Aptitud Académica (PAA) y luego la llegada de la PSU, la cual finalmente se convirtió en lo que hoy conocemos como PDT.
Estos cambios demuestran que el sistema debe renovarse constantemente. Las diversas manifestaciones a lo largo de los años dejaron claro que el sistema no abraza a todos de la misma manera, y esas ruidosas críticas han obligado a las autoridades competentes a hacerse cargo de esto.
El 29 de octubre de este año el DEMRE anunció que la Prueba de Transición universitaria podrá rendirse dos veces al año, en julio y diciembre. Así, desde el próximo año, los egresados de cuarto medio tendrán más chances de tener un buen puntaje, ya que podrán escoger cuál de las pruebas rendir en julio y combinar sus mejores resultados al momento de postular.
Sin embargo, la pregunta vuelve a repetirse: ¿Es esta una buena medida? Según la directora del DEMRE, Leonor Varas, la prueba de invierno viene a disminuir las brechas ya existentes en el sistema educativo y enfrentar el problema de la ansiedad que afecta a los estudiantes.
El tema de la ansiedad mencionado por Varas es un aspecto que desde la docencia se ve día a día. Son los profesores en los colegios y preuniversitarios quienes deben afrontar esta problemática en terreno y generar herramientas para que a los alumnos no se les escape esta emoción de las manos. Al respecto, Ivania Henríquez, quien es docente de matemática en el preuniversitario Pedro de Valdivia, percibe que la ansiedad es un factor determinante a la hora de rendir la prueba.
No debemos olvidar que el contexto pandémico actual ha empeorado el panorama en relación con la salud mental. Desde el inicio de la pandemia en 2020 ya son dos generaciones de cuarto medio que egresan en circunstancias anormales, como lo son clases online, cuarentenas y otros estresores que afectan el bienestar de las personas. Al respecto, la Universidad Alberto Hurtado realizó en 2020 un estudio donde casi 400 de los 3.000 encuestados eran estudiantes de entre 18 y 25 años, quienes habían vivido una cuarentena de al menos 14 días. Los resultados arrojaron que un 80% habló de haber experimentado ansiedad, un 70% tener problemas de concentración y un 61% presentar problemas para dormir.
La preocupación del DEMRE y los docentes sobre la ansiedad no es ajena para los alumnos y ya hay posturas frente a lo que se viene. Natalia Oteíza, miembro de la Red de Estudiantes Secundarias Feministas de Chile, muestra preocupación por la manera en que se acortará el tiempo para preparar las pruebas, puesto que, para rendir la PDT en julio, se contará solo con un semestre y eso ejerce una presión a nivel psicológico.
Sin embargo, es importante recordar que la rendición de invierno es voluntaria para quienes quieran rendirla anticipadamente, por lo que no se obligará a ningún alumno a prepararla en menos tiempo si el postulante no la desea dar en julio. Aún así, la forma en que el año se divide en dos, a raíz de la doble rendición, genera también un desafío para las universidades. Si un estudiante da todas sus pruebas en invierno y queda conforme con sus puntajes, surge la pregunta: ¿qué tienen para ofrecerle las universidades a esos casos?
En el panorama actual, las 30 universidades pertenecientes al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, sean privadas o estatales, cuentan con procesos de admisión especial donde, en algunos casos, se permite la entrada de estudiantes en el segundo semestre. Un ejemplo de esto es la Pontificia Universidad Católica de Chile, la que expone en su sitio web que su vía de Admisión Especial está dirigida a personas con estudios superiores, personas que se encuentren en desigualdad de condiciones para rendir la Prueba de Transición universitaria y también para postulantes destacados en el ámbito artístico o científico nacional.
Por su parte, el rector de la UC, Ignacio Sánchez, aclara que por ahora ninguna universidad hará cambios en esta materia, ya que se cuenta con poco tiempo, además de que tampoco la doble rendición viene a obligar a las universidades a permitir matrículas en un segundo semestre.
Las proyecciones del rector dan cuenta del futuro trabajo que las instituciones de educación superior deberán hacer para acoger a los futuros postulantes. La doble rendición trae un desafío importante para afrontar los casos particulares (como el estudiante que está conforme y al día con sus puntajes en julio) y también para la eventual reorganización que implicaría tener dos procesos de matrícula en un mismo año.
Aún así, la voz de los estudiantes -y futuros postulantes- es clave en todo esto. Antonia Azar egresó de cuarto medio hace menos de un mes y deberá rendir la Prueba de Transición a principios de diciembre. Ella tomó la decisión de no entrar a la universidad el próximo año y podrá ser parte de la primera generación de egresados que rendirán la prueba de invierno. Antonia siente que el sistema educativo actual prioriza aspectos como las notas y los puntajes, sin considerar, por ejemplo, las brechas que se puedan dar entre los mismos colegios. Asimismo, la medición de talentos más personalizada, junto a priorizar aptitudes y habilidades que no dependan solamente de lo que se vio en la enseñanza media, surgen como posibles factores a considerar en favor de una vía de admisión más centrada en el alumno o alumna.
El análisis de Antonia responde a la larga trayectoria de críticas sobre el ingreso a la educación superior, y serán las voces de los estudiantes las que invitarán a la reflexión sobre lo que significa entrar a la universidad en Chile. Finalmente, el futuro de ellos es el que está en juego en esos facsímiles.