Cuna de distintas culturas indígenas y del antiguo imperio inca, este país ofrece más que su celebrada gastronomía y cultura derivada de sus primeros habitantes. Su variedad de paisajes, junto con la diversidad de su gente, la hacen uno de los puntos más atractivos del turismo en Latinoamérica. En Punto Cero, nos adentramos a las tierras del Perú.
Por María José Milla
Siendo el tercer país más extenso de Sudamérica, Perú tiene el privilegio de gozar de una extensa costa en el Pacífico, una llana sierra al centro y parte del Amazonas al oriente. Todos estos son hogar para una importante población de fauna autóctona. También ha sido un importante territorio para la conquista española, siendo sede del antiguo Virreinato del Perú, que fue clave para la conformación de las actuales fronteras del país.
Sin duda el Perú es asociado frecuentemente con el imperio inca, una civilización que se extendía desde Ecuador hasta Chile, y que ha dejado un importante legado cultural no solo por su arquitectura y tradiciones. Los incas eran muy dedicados a la ciencia, sobre todo en la astronomía. Prueba de ello son los antiguos observatorios construidos para el estudio de las estrellas y para fortalecer su cosmovisión de la naturaleza y sus fenómenos.
Machu Picchu es indudablemente uno de los lugares imperdibles para visitar. Situada en la ciudad del Cuzco, es considerada como patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Los vestigios de sus edificios incas muestran el gran valor histórico del sitio, ya sea por el diseño arquitectónico y la forma de construcción. Es por eso que resultó ser una tremenda noticia su reapertura al público, luego de permanecer cerrada desde marzo de este año debido a la pandemia del coronavirus.
Pero además de ser un antiguo e importante territorio de los incas, la conquista española permitió un sincretismo cultural muy marcado. Las cosmovisiones locales y cristianas, junto con la introducción de la población afrodescendiente, poco a poco fueron influyendo las costumbres religiosas en la población peruana. El Cristo Moreno es un gran ejemplo de ello. Sirviendo como figura de adoración para los esclavos, derivó luego en una de las procesiones más importantes del mundo católico, llevada a cabo en el mes de octubre.
Este sincretismo también influyó en la muy reconocida gastronomía del Perú. Mezclando tradiciones culinarias de los indígenas con la española, dio origen a apetitosos platos propios del país. Entre estos destacan el Ají de gallina, el Suspiro Limeño, la Causa Limeña, y el Pachamanca.
Por otro lado, la literatura dio pie para importantes escritores y literatos. Pero el que más ha destacado es Mario Vargas Llosa. “Los Jefes”, “La ciudad y los perros”, y “Pantaleón y las visitadoras”, son solo algunas de sus obras más conocidas, con una fuerte sensibilidad social sobre las adversidades en su país, que han ganado gran reconocimiento mundial. A tal punto de recibir el premio nobel de literatura en el año 2010.