¿Sientes que no tienes nada que ponerte, pero tu closet está lleno de ropa? Probablemente se deba a que no tienes los últimos estrenos de la temporada. La industria de la moda rápida ha creado una necesidad de renovación constante en sus clientes, los cuales consumen pensando en las últimas tendencias y no en la calidad de las prendas que están comprando. Así, dicha necesidad de innovación ha llevado a los consumidores a sustituir de forma acelerada su inventario personal. Bajo este modelo de negocio, la industria ha logrado sustentarse y hacerse rentable en el tiempo, sin embargo, las consecuencias medioambientales que esta produce son realmente catastróficas para el planeta.
Por: Sofía Pumpin, Francisca Del Pozo y Nicole Jadrijevic
Según Greenpeace, el Fast Fashion hace referencia a la producción de grandes volúmenes de ropa de baja calidad y a precios accesibles para que los consumidores puedan comprar más en un periodo reducido de tiempo. La producción de Fast Fashion opera en función de las tendencias y de la necesidad creada de renovar permanentemente la ropa. Todo esto contribuye a introducir en el mercado millones de prendas y a fomentar el consumo y la sustitución acelerada de estas.
El objetivo de la moda rápida es producir en grandes cantidades a bajo costo. Si bien esta tendencia surgió a comienzos del siglo XIX, no fue solo hasta la mitad del siglo XX, con la revolución tecnológica en la industria textil, que esta forma de producción incrementó. De esta manera, los almacenes pasaron a convertirse en grandes tiendas multinacionales. De ahí, marcas como Topshop, Zara y Forever 21 se volvieron los íconos de esta corriente de moda. Luego, con la masificación de centros comerciales alrededor de todo el mundo y con la adopción de nuevas técnicas publicitarias, el Fast Fashion fue tomando cada vez más fuerza.
Actualmente, existe otro factor que tiene una influencia determinante en el consumo de la moda rápida: el internet. Muchas marcas, además de tener tiendas físicas, venden a través de sus sitios web, lo que facilita el acceso a las tendencias al poder comprar con solo un par de “clicks”.
Si no puedes ver la línea de tiempo, haz click aquí.
Cuando compramos ropa no solemos preocuparnos de que es lo que está detrás de su producción. Lo cierto es que la industria textil y de la moda es la segunda más contaminante del planeta. El enorme gasto de recursos naturales, la contaminación de aguas y la gran emisión de C02 son algunas de sus consecuencias.
A continuación, algunos datos sobre los efectos nocivos del Fast Fashion:
El plan de descontaminación del Ministerio del Medio Ambiente tiene como objetivo que, al 2025, las empresas eliminen los plásticos de un solo uso y que gestionen de manera consciente sus residuos. En este sentido, las tiendas que operan en Chile deberán regirse bajo esta normativa. De todas formas, según varios expertos, faltan políticas públicas para reducir la compra de prendas Fast Fashion e incentivar el consumo de modas que sean producidas de una forma más consciente. En este sentido, la educación medioambiental desde temprana edad generaría la conciencia necesaria para el consumo sustentable masivo.
Isidora Subiabre, quien es parte de las fundaciones ambientalistas Tremendas y Fridays For Future, comenta que en Chile no se sabe mucho sobre el Fast Fashion y sus consecuencias, por lo que es fundamental incorporar la educación medioambiental a los colegios.
Como consumidores, jugamos un rol esencial para contrarrestar los efectos nocivos del Fast Fashion. Las formas más fáciles de ayudar consisten en consumir de manera consciente, comprar en tiendas de ropa de segunda mano y estirar la vida útil de cada una de nuestras prendas.
En la siguiente infografía puedes encontrar algunos tips:
Últimamente en Santiago ha surgido una gran cantidad de tiendas, bazares y almacenes de ropa de segunda mano, convirtiéndose en una alternativa competitiva a las tiendas de retail y de Fast Fashion presentes en los malls y centros comerciales. Asimismo, multitiendas como París han implementado la venta de ropa vintage intervenida y locales de prendas de segunda mano están teniendo su espacio dentro del comercio.
A continuación, un mapa de las principales sucursales de tiendas vintage en donde podemos comprar ropa:
Si no puedes ver el mapa, haz clic aquí.
Cuentas de Instagram de ropa de segunda mano:
Si te interesa saber más sobre el Fast Fashion y sus consecuencias, te invitamos a escuchar nuestro reportaje.