Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli 

Al pensar en los principales exponentes cinematográficos de la fantasía, magia, espiritualidad y oscuridad, podremos encontrar grandes cintas, pero no hay mejor pieza de arte para evidenciar aquello que la aclamada producción japonesa “El viaje de Chihiro”, de la mano de su padre Hayao Miyazaki y el Studio Ghibli. 

Por Isidora Sánchez G

Para mejorar tu experiencia, te recomiendo escuchar la maravillosa pieza musical compuesta por Joe Hisaishi para la película “El viaje de Chihiro”: Canción «One´s Summer Day».

La mente maestra de Miyazaki

La película de animación “El viaje de Chihiro” fue dirigida por el talentosísimo y legendario Hayao Miyazaki, producida por el Studio Ghibli y se estrenó en los cines el año 2001. Hasta el día de hoy se considera como una obra maestra tanto del director como del cine nipón.

Hayao Miyazaki, actualmente de 81 años, se ha convertido en un ilustrador y director japonés de renombre internacional, y con justa razón, ya que con más de 50 años de trayectoria, pionero del cine de animación y co-fundador del icónico Studio Ghibli, es padre de títulos como «Mi vecino Totoro», «La Princesa Mononoke», «El Castillo Ambulante» y por supuesto, «El Viaje de Chihiro», entre muchos otros.

En unos de sus escritos en 1979, él planteó: “El animador debe crear una mentira que parezca real para que los espectadores piensen que un mundo dibujado podría existir”, precisamente aquella frase explica la motivación y foco de Miyazaki. Entre sus temáticas recurrentes se encuentra el paso de los protagonistas de la niñez a la edad adulta, una reflexión constante sobre lo que supone crecer y aquellas complejidades que deben afrontarse.

Imagen: oh.totoro.com

Personajes femeninos fuertes

También es muy común ver un feminismo latente en cada uno de sus films, tanto Miyazaki como el Studio Ghibli proponen una visión distinta de lo que se entiende como feminidad, en este caso, en la mayoría de las películas tenemos como protagonistas a mujeres y niñas, que son independientes, fuertes y luchadoras, capaces de sobrellevar los obstáculos de forma autónoma. 

En aquel punto, podemos establecer una diferencia diametral con otras productoras como Disney, ya que si bien hay un público que ha insistido en compararlas, es ilógico, puesto que no podrían ser más distintas.

En las películas de Miyazaki no existe tal concepto de una “damisela en peligro” que necesita ser salvada, ni tampoco esa relación romántica indispensable entre la protagonista y un acompañante, aquí no hay esa exaltación de la belleza física como una virtud ni un deseo de casarse como la máxima realización.

Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli

El bien y el mal en armonía 

Se exalta mucho también la idea de cómo el bien y el mal conviven juntos, las villanas abundan mucho en sus películas, pero no son unidimensionales, su narración nos transmite que los malos no son tan malos y los buenos tienen defectos y debilidades que deben trabajar, esto se asocia mucho a ideales del budismo, ninguna persona es buena o mala en su esencia, sino que todos tenemos un poco de cada aspecto.

Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli

La naturaleza como musa

También se suma el inmenso interés de Miyazaki en retratar la naturaleza, al respecto el expreso: “Las relaciones humanas no son lo único interesante, todos los elementos del mundo encierran belleza: el paisaje, el clima, la vegetación, el agua, el viento”.

En este sentido cobra relevancia su fuerte mensaje ecologista: en sus películas crítica al ser humano como invasor, un ser que destruye todo a su paso, movilizados por la codicia el egoísmo y el deseo de poder, siendo la mayoría de las veces el principal antagonista, enseñándonos que es indispensable estar conectados con la naturaleza para descubrir la esencia de la vida.

Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli

“El viaje de Chihiro”

Todos los aspectos mencionados se encuentran plasmados en “El Viaje de Chihiro”, y retratados en la animación más bella que he tenido la oportunidad de ver, todo posee vida propia, un realismo increíble y una paleta de colores que te sumerge en un sueño del que no quieres salir, acompañado todo esto, de la experiencia de ser parte del mundo espiritual japonés al menos por dos horas.

Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli

Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli

La película presenta a Chihiro, una niña de 10 años que, sin buscarlo ni quererlo, cruza junto a sus padres un umbral al mundo de los espíritus y queda atrapada en un espacio mágico y misterioso. No es necesario relatar mucho más, sólo invitarlos a vivir la envolvente experiencia que solo el maestro Miyazaki puede crear.

Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli

El cruce de un túnel representa la primera metáfora arquetípica de estar sumiéndose en un nuevo mundo, dejando atrás su infancia e inseguridad, además se incluye una potente pero implícita crítica social a la sociedad japonesa moderna, en el cual las personas no prestan ninguna atención a las creencias de la cultura y la religión tradicionales, son japoneses prototípicos de una época en la que se elogia el éxito económico por encima de todo lo demás.

Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli

Lo que acabo de mencionar, es lo que marca el inicio de la travesía espiritual llena de simbolismos que significa ver “El viaje de Chihiro”, su temática se asocia al viaje que realiza la protagonista hacia el reino de los espíritus, quedando alejada de todo lo que conoce.

A esto se suma, el uso de la palabra “Kamikakushi”, en el título en japonés de la película que significa “oculto por los dioses”, lo que hace referencia a un veredicto de “muerte social” en este mundo y regresar a este mundo tras eso, sería la “resurrección social”.

En el lugar encontramos kamis, dioses sintoístas, que para nosotros serían deidades y en Japón se identifican con elementos de la naturaleza, también descubrimos yokai, criaturas mezcla de demonios y espíritus de la naturaleza.

Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli

Joya cinematográfica

Me gusta definirlo como una experiencia única para cada persona, es la clase de película que puedes ver en cualquier etapa de tu vida, y en cada una la percibirás de forma distinta. No es casualidad que haya recibido 35 premios, entre ellos un Óscar a Mejor Película de Animación, siendo el único anime con este galardón, además del Oso de Oro del Festival de Berlín. Para mí sin duda, una imperdible. 

 

Imagen: Sen to Chihiro no kamikakushi © 2001 Studio Ghibli