El exdecano de la Facultad de Ingeniería oficializó su cargo como nuevo rector de la universidad para el período 2025-2030. Durante su discurso abordó diversas áreas, desde los valores de la institución hasta los desafíos que enfrentará.
Por: Página 33
Juan Carlos de la Llera (63) asumió este martes como el nuevo rector de la Pontificia Universidad Católica, cargo que ejercerá durante los próximos cinco años. Exdecano de la Facultad de Ingeniería y doctor de la Universidad de California, Berkeley, el académico cuenta con múltiples galardones por sus investigaciones durante su carrera. Se centró en el estudio del aislamiento sísmico, haciendo aportes importantes como el desarrollo de una tecnología que permitió incorporar un tipo sistema en edificaciones capaces de resistir fuertes sismos.
De la Llera fue uno de los nombres más mencionados durante todo el periodo de búsqueda del nuevo rector que marcó el segundo semestre del 2024. Fue finalmente el arzobispo de Santiago y Gran Canciller UC, Cardenal Fernando Chomali, quien lo seleccionó de la terna que recibió y que posteriormente envió su nombre al Vaticano, donde fue ratificado.
Su discurso comenzó con un reconocimiento al exrector Ignacio Sánchez, resaltando el papel clave que tuvo su gestión en posicionar a la universidad como un referente a nivel nacional e internacional. Luego, el rector electo destacó los principios que guiarán su gestión y afirmó: “Mi esperanza fundada nace desde nuestra patria, Dios y la universidad”. Bajo esta premisa, expresó su compromiso de fortalecer la comunidad católica de la institución, impulsando el trabajo de la Pastoral UC y el espíritu misionero.
Dentro de los desafíos que el rector planteó, se encuentran impulsar una iniciativa en inteligencia artificial, ciencia de datos y transformación digital, y crear un contrato social distinto, que permita una convergencia entre el Estado, la industria, la sociedad civil y la universidad, en torno a los grandes retos del país y el mundo.
De la Llera también expresó su preocupación por el debilitamiento de la formación ciudadana en la universidad. Enfatizó que este será un eje de trabajo fundamental, con el propósito de formar estudiantes que trasciendan el individualismo, se comprometan con el bienestar colectivo y participen activamente en la sociedad desde la razón. Otra de sus principales inquietudes fue la salud y el bienestar estudiantil, con especial énfasis en la salud mental. Reconoció que existe una crisis en esta área y que representa un desafío que la institución debe afrontar. A pesar de ello, afirmó estar preparado para enfrentarlo y trabajar en soluciones que contribuyan al bienestar de la comunidad universitaria
“Estoy consciente de la tremenda responsabilidad recae sobre mí, por eso, tomo este desafío con la más profunda humildad”, finalizó el rector.