La dueña del récord mundial vigente de lanzamiento de bala paralímpico tiene una historia de película: fue víctima del huracán Lenny, empezó su carrera deportiva jugando tenis y rompió el récord mundial de bala dos veces el mismo día.
Por: Marío Ortiz
Foto: Cristóbal Martín – MINDEP
Hace casi dos semanas se cumplieron 24 años desde el día en que el Huracán Lenny le cambió la vida para siempre a Francisca Mardones. Había entrado a estudiar Turismo y, en búsqueda de completar su práctica profesional, se encontraba trabajando en un hotel en Islas Vírgenes cuando fuertes vientos y lluvias azotaron el Caribe. Tratando de proteger la propiedad del hotel y luego de un derrumbe, cayó aproximadamente siete metros y estuvo un par de días desaparecida hasta que fue rescatada.
Este accidente le causó una fractura en la columna, y fue el causante de un largo proceso de recuperación. Inicialmente, se resistió a la idea de no volver a caminar e incluso logró hacerlo. Sin embargo, después de más de veinte intervenciones, el esfuerzo requerido para poder caminar regularmente iba desgastando constantemente su cuerpo, causándole dolor crónico. “No podía seguir destruyéndome por tratar de desplazarme (…) Fui asumiendo que en realidad es una discapacidad y me he ido adaptando a cada cosa (…) No hay nada que sienta que tampoco pueda hacer”, cuenta Mardones en un episodio de “La Divina Comida”.
Es como respuesta al accidente que reapareció la vía del deporte en la vida de Francisca. Siempre practicó una variedad de deportes e incluso, en su adolescencia, apuntaba a desempeñarse en el alto rendimiento. Sin embargo, secuelas de un accidente automovilístico hicieron que abandonara esas aspiraciones y persiguiera una carrera universitaria tradicional.
Luego de lo sucedido en Puerto Rico, y como recomendación de algunos especialistas, apareció el tenis como una opción para ayudar en su proceso de rehabilitación. Pasó mucho tiempo con dolores intensos y siendo sobremedicada con distintas drogas, causándole abstinencia y reacciones cutáneas. Esta saturación de medicamentos la llevó a un estado de intoxicación, por lo que, de un día para otro, le dejaron de suministrar todos los remedios. Ahí aparece el deporte. Al dejar de medicarse, los dolores, que ya eran intensos, alcanzaron magnitudes insoportables. Intentó probar con el tenis para aliviar sus dolores y, por sobre todo, ocupar su mente con algo. Eso, que en su momento era un pasatiempo se volvió una pasión y, dentro de poco tiempo, se encontró desempeñándose al máximo nivel.
Llegó a alcanzar el puesto número once en el ranking mundial de la disciplina, demostrando un altísimo nivel, que luego la llevaría a participar de diversas celebraciones internacionales. Participó y ganó medallas de bronce en los Juegos Parapanamericanos de 2007 y 2011, en Río de Janeiro y Guadalajara, respectivamente. También representó a nuestro país en los Juegos Paralímpicos de 2012 en Londres y de 2016 en Río nuevamente.
La motivación por el deporte estaba altísima cuando, después de una nueva lesión el año 2017, esta vez en su brazo derecho, le dificultó seguir desempeñándose normalmente en el tenis. La disciplina requiere de mucha fuerza en los brazos para desplazarse en la silla y, Francisca, luego de un corte en su mano, había quedado con daño nervioso en uno de ellos.
Buscando la adrenalina que le causaba competir, a los 39 años se cambió de deporte. Uno de sus entrenadores, al ver su potente saque, le comentó que esa habilidad podría trasladarse al lanzamiento de bala. Y así fue. Dos años después de cambiarse de deporte, Francisca ya se encontraba participando de sus primeros Juegos Parapanamericanos como lanzadora de bala en Lima 2019. En ellos demostró su habilidad, ganando la medalla de plata. Mas tarde ese mismo año, participó en el Mundial de Atletismo Adaptado, celebrado en Dubái. Lamentablemente, horas antes de su prueba, se enteró de la muerte de su papá. Siguió adelante con su participación en su honor, consiguiendo la medalla de oro y un récord mundial con una marca de 8.19 m.
En los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 se convirtió en la primera mujer chilena en conseguir una medalla de oro olímpica, luego de una maravillosa actuación donde batió su propio récord dos veces en sus seis intentos. Primero con un lanzamiento de 8.21 m y, después, con uno de 8.33 m.
Mardones y su récord mundial en Tokyo 2020
De cara a los Juegos Parapanamericanos que ya comenzaron, Francisca participará como la representante nacional en la prueba de lanzamiento de bala f54 buscando nuevamente dejar una actuación legendaria. Francisca ya anunció que estos serán sus últimos Juegos Parapanamericanos y, en referencia a eso, en un discurso hecho en la ceremonia de la entrega de la bandera a los respectivos abanderados, reflexionó sobre sus anhelos y sus logros:
“Comienzan mis quintos Parapanamericanos, los que también se transformarán en mis últimos Juegos. Claro que tengo pena por eso, pero también la satisfacción de decir que el camino recorrido valió la pena. (…) Cuando comencé (…) luchábamos por mejores condiciones para los deportistas paralímpicos. (…) Con mucha satisfacción, hoy puedo decir que lo logramos. Logramos mejorar sustancialmente las condiciones. (…)Por eso les digo a todos los deportistas que disfruten la fiesta. El camino ya está pavimentado. Ahora solo falta que ustedes sigan haciendo historia”.
El llamado de Francisca es claro: a seguir haciendo historia. Ella tampoco se tomará descanso, ya que también buscará agrandar su legado frente a su país estos Juegos Parapanamericanos. Luego de una hernia y una cirugía, la “Pancha” irá tras el oro en las competencias de Para atletismos, que se llevarán a cabo del 21 al 25 de noviembre en el Centro Atlético Mario Recordón, en el parque Estadio Nacional.