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Cinco décadas atrás el lanzamiento de la minifalda representó una de las más grandes revoluciones de la moda del siglo pasado. Andrea Martínez, editora en jefe del sitio web de moda Viste la Calle, nos cuenta más sobre la historia de esta prenda atemporal y símbolo de la liberación de la mujer en los 60′.

Por Amanda Contreras

La minifalda lleva siendo parte del clóset femenino más de medio siglo. Surge en los años sesenta, en donde esta prenda se angosta considerablemente, aunque ya había comenzado a reducir su tamaño en la década de los veinte, donde se permitió que la vestimenta de las mujeres fuera un poco más atrevida. Esto se traducía en faldas y vestidos que disminuyen su longitud, dejando ver los tobillos y pantorrillas, una evolución drástica para la época.

Con la Segunda Guerra Mundial la moda disminuyó su ritmo y con eso los cambios que traía consigo. Durante 1940 y 1950 la sociedad se caracterizó por tener mayor austeridad y conservadurismo, lo que se reflejó en la moda, donde la falda se mantuvo por debajo de la rodilla. Además, durante estos años la vestimenta se caracterizó por el hecho de que no existía una diferencia entre adultos y jóvenes en la ropa, ya que todos se vestían con prendas similares.

Todo cambió en 1960. Estos años trajeron consigo una revolución de moda y también de pensamiento. Los jóvenes de esta década comienzan a desentenderse de la generación adulta y a desear rebelarse, intentando liberarse de esta moda tan conservadora y seria. Buscan diferenciarse de sus padres, lo que iba a acompañado de bandas como The Rolling Stones o The Beatles, que reflejaban las demandas de esta nueva generación, señala Vogue México.

En cuanto a la invención de la minifalda, no hay una persona específica a la cual se le atribuya, ya que hay varios diseñadores que tenían prendas similares durante la década. Una de ellas es Mary Quant, diseñadora de modas británica, que sacó una de las primeras minifaldas en 1964. Su ejemplar fue usado por modelos como Twiggy, celebridad de la época, lo que causó escándalo y polémica.

Por otro lado, en Francia, diseñadores como Emanuel Ungaro, Pierre Cardin y André Courréges, la tenían en sus pasarelas. Courreges reclamaba esta prenda como invento suyo, y usó a Brigitte Bardot, actriz, cantante y escritora francesa, como su musa, transformándose ella también en símbolo de la minifalda.

Para ahondar un poco más en el origen de esta prenda, conversamos con Andrea Martínez, editora en jefe del sitio web de moda Viste la Calle, quien nos contó sobre lo que significó la minifalda en esta época.

 

Londres fue la cuna del surgimiento de estos movimientos sociales y culturales, en donde existieron variados espacios para que las generaciones jóvenes pudieran expresarse a través de la moda. Andrea Martínez nos contó más detalles sobre esto:

 

Los sesenta fueron una época movida, a inicios de esta surge la segunda ola del feminismo que duró hasta los años ochenta aproximadamente, siendo décadas importantes para las mujeres en materia de género y liberación. Andrea Martínez nos explicó por qué la minifalda en los 60 es una prenda que se relacionó mucho con la liberación de la mujer.

 

La minifalda surge en un contexto histórico en donde por primera vez se tenía acceso a la pastilla anticonceptiva, siendo puesta en el mercado en 1960 en Estados Unidos, masificando su uso y volviéndose muy popular. Lo que les otorgaba a las mujeres una liberación sexual, teniendo la capacidad para controlar su propio cuerpo y decidir y planificar sobre la maternidad.

Mujeres usando vestidos mini, 1966. Imagen: Pinterest

Pero este movimiento de liberación femenina no estuvo exento de críticas. La parte más conservadora de la sociedad no miraba con buenos ojos esta nueva moda, por lo que no fue bien recibida. En una entrevista de Vogue Reino Unido con Mary Quant, esta señaló que los hombres de negocios golpeaban las vitrinas en donde estaban expuestas las minis y gritaban cosas como que “era obsceno” y “desagradable”

Tampoco el uso de una falda masculina ha sido masificado y popular. Pero en las pasarelas de estos últimos años, marcas como Louis Vuitton o Gucci, han incorporado estas prendas a sus colecciones, en un intento de normalizar el uso de la falda en hombres. Andrea Martínez nos comentó que estas intenciones vienen desde hace varios años.

 

Cada vez más, la moda se acerca a la creación de prendas sin género o genderless, como se les conoce también, que apuestan por vestimentas que no estén definidas por el género de quien las usa, sino que privilegian la expresión y los gustos de cada persona sin importar su sexo.

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