Luiz Inácio Lula da Silva (72), ex mandatario de Brasil enfrenta hoy una crítica situación que divide al país: una sentencia que lo llevaría a prisión y la cercanía de las elecciones que diversos sondeos lo ubican como la primera mayoría.
Pero, ¿cómo llegó al poder? ¿qué cargos pesan sobre él?
Desde joven, Lula presentó un interés el liderazgo, cuando con 14 años fue electo presidente del sindicato de obreros. Este liderazgo se vio potenciado en con las grandes huelgas de los suburbios industriales brasileños, en plena dictadura, por la década de los 80, misma fecha en la que fue encarcelado durante 31 días.
En 1983 participa como cofundador del Partido de los Trabajadores, movimiento de izquierda en el cual hasta hoy es un líder activo y que lo llevó a la presidencia desde el 2003 hasta el 2010.
Sin estar exento de polémicas como el “Mensalao” o Escándalo de las mensualidades (2005), donde decidió renovar las caras del partido, el que afectó directamente al ex mandatario brasileño fue el caso “Lava Jato”, el cual la prensa del país cataloga como el mayor caso de corrupción.
Lava Jato salió a la luz el 2013. EL caso trataba sobre la empresa nacional Petrobras, la cual licitaba obras a grandes empresas Brasil, como parte de un programa impulsado por el presidente Lula y su entonces ministra de Energía, Dilma Rousseff, para crear nuevos empleos.
La petrolera, con el fin de favorecer a ciertas empresas, pedía sobornos de un 3% del presupuesto, que se repartía entre políticos y empresarios y era reintroducido al sistema a través de negocios de hoteles, lavanderías y estaciones de gasolina para ser blanqueado. Luego era transferido al extranjero, a través de empresas ‘fachada’, a cuentas en China y Hong Kong.
Según las autoridades judiciales, estas constructoras corrompieron a funcionarios de distintos países para obtener importantes concesiones en toda América Latina. El dinero que se pagaban en coimas era cargado al costo final de las obras a través de adendas al contrato original. Ganaba la constructora, ganaba el funcionario corrupto, perdía el Estado. Parte de ese dinero también era blanqueado a través de la red montada en Brasil.
El robo estimado por este método rodea los 8 mil millones de dólares, afectando a políticos como Lula da Silva y a la recientemente destituida Dilma Rousseff.
El 4 de marzo de 2016, da Silva es llamado a prestar declaración forzada y suspenden su nombramiento como principal ministro de Rousseff, para que pudiera enfrentar el proceso.
Tras enfrentar un proceso judicial, se le condenó a nueve años y medio de prisión por corrupción pasiva y blanqueo de dinero, por ser beneficiario de un departamento que se le habría ofrecido como coima por Petrobras.
Tras presentar una objeción, un tribunal de segunda instancia ratifica la sentencia y eleva la condena a 12 años y un mes, ante lo cual su defensa vuelve a presentar un recurso.
Durante la madrugada de nuestro país, el Supremo Tribunal Federal rechaza su recurso, con el cual esperaba continuar en libertad para poder postularse a las elecciones que enfrentará Brasil este año, donde las encuestas lo posicionaban como la primera mayoría.
Primera Mayoría para las elecciones
Los casos de corrupción a los se asocia Lula, parecen no afectar su imagen. Y es que su trascendencia se sustenta en el crecimiento económico con el cual concluyó su mandato, panorama ante el cual la clase media accedía a mejores trabajos y salarios.
Esta bonanza permitió que Brasil resultara ileso ante la crisis financiera mundial del 2008.
Junto a eso, la historia de vida de Lula es fuente de inspiración para muchos, ya que el mandatario pasó de la extrema pobreza a presidir una de las mayores economías de América Latina.
Qué viene ahora…
El analista internacional de la Universidad Central, Samuel Fernández, explica lo difícil que sería la participación de Lula da Silva en las próximas elecciones.
Tres serán los caminos que pueden aportar a la liberación de Lula. En primer lugar, La defensa puede presentar otra petición de habeas Corpus. En segundo lugar, su condena puede ser anulada por tribunales superiores y, en tercer lugar, el tribunal supremo puede modificar su posición para todos los reos del país.
SI bien aún no da declaración al respecto Lula, su partido, a través de su presidenta Gleisi Hoffman, comunicó que se encontraría “sereno y con conciencia de inocente”.
Apoyo de Latinoamérica
Diversos mandatarios y ex mandatarios han expresado su apoyo a través de twitter el apoyo a Lula da Silva.
El reciente fallo de una estrecha mayoría del Tribunal Federal de Justicia de Brasil al rechazar el habeas corpus presentado por @LulapeloBrasil es una mala noticia para la democracia de Brasil y América Latina.
— Ricardo Lagos E. (@RicardoLagos) April 5, 2018
Su eventual encarcelamiento y eliminación de la competencia electoral profundizará la fractura que atraviesa la sociedad brasileña. Lula es el liderazgo con más apoyo popular y espero y confío que las instituciones democráticas de esa gran nación corrijan estas graves decisiones
— Ricardo Lagos E. (@RicardoLagos) April 5, 2018
A la oligarquía no le interesa ni la democracia ni la justicia. La verdadera razón de la condena al hermano Lula, es impedir que vuelva a ser presidente de Brasil. La derecha jamás le perdonará haber sacado de la miseria a 30 millones de pobres. Estamos con los líderes del pueblo
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) April 5, 2018
No solo Brasil, el mundo entero te abraza @LulapeloBrasil. Duele el alma esta injusticia. La derecha, ante su incapacidad de ganar democráticamente, eligió el camino judicial para amedrentar a las fuerzas populares. Más temprano que tarde vencerá la Patria Grande. #LulaValeALuta pic.twitter.com/r3wZanZLFm
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) April 5, 2018