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El Día de los Muertos en México es una celebración que va más allá del dolor, es una fecha que festeja la memoria y un ritual que destaca los recuerdos por sobre el olvido.
Por: Fernanda Arancibia
Este día se origina en las raíces indígenas de las culturas mesoamericanas, las cuales se fusionaron a lo largo del tiempo con las tradiciones y creencias católicas, dando lugar a la festividad que vemos hoy en día.
Para las culturas prehispánicas, el culto a la muerte era algo bastante común. Al ocurrir un deceso, esta persona era enterrada envuelta en un tapete y sus familiares organizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido al Mictlán, que significa «lugar de muertos», junto con ofrendas en sus rituales. Para estas culturas la muerte representaba un ciclo.
Con la llegada de los españoles a América, se sumaron algunas tradiciones, pero siempre se mantuvo la misma visión.
Con panteones iluminados, calles tapizadas con la flor de cempasúchil, altares coloridos y comida, la muerte en México es una celebración que busca honrar la memoria de aquellos que ya no nos acompañan. Entre las figuras más famosas de esta festividad está la conocida Catrina: una mujer esqueleto elegante con vestimenta de varios colores y de personalidad extravagante.
La leyenda cuenta que la Catrina se originó a partir de Mictecacihuatl, la diosa mexicana de la muerte, quien se quedó con los huesos de los muertos para utilizarlos. En 1912, el caricaturista José Guadalupe Posada la creó como forma de burlarse de las clases sociales más altas. Era una forma de decir: “la muerte nos llega al final a todos, ya seas de clase baja o alta”.
En 2003, esta celebración fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, permitiendo su popularización en el resto del mundo. Ejemplo de esto, son películas recientes como «El Libro de la Vida» (2014) o «Coco» (2017).
A propósito de esto, les dejamos invitados e invitadas a escuchar nuestro capítulo de México, en Punto Cero.