Por Sara Vidal / Imagen: Museoartequinvina
En el último capítulo de Artefactos, conversamos con Ximena Zomosa, artista chilena que se ha destacado por sus obras en el arte de género. Nos habló sobre la mirada femenina en el arte, las problemáticas en las escuelas en que se estudia como carrera universitaria y sobre cómo han nacido parte de sus obras.
La artista, que egresó de la Universidad Católica, hoy trabaja en la Coordinación de la galería Balmaceda Arte Joven. Zomosa señaló que el arte acompaña siempre a los movimientos políticos y sociales, como una manera de representarlos simbólicamente. Actualmente con el movimiento feminista, “Se ha convertido en arte de género, porque la mirada femenina es distinta por las problemáticas y vivencias diarias que tienen las mujeres”, agregó la artista. Además, enfatizó en que la experiencia privada da pie a una identificación social y colectiva de otras mujeres al arte y a su obra también.
Por otra parte, Ximena se refirió a la gran deserción de las escuelas de arte debido al tema laboral y económico, atribuyéndolo a una sociedad que no aprecia el arte como carrera. Sin embargo, agregó que para las mujeres es más difícil por las cargas sociales relacionadas con el rol familiar y la maternidad. Para la artista, sostenerse en la profesión tiene que ver con la voluntad y con una profunda vocación, “lo que es muy frágil, porque hay que optar entre la maternidad o por su carrera para poder estar disponible para ser artista”, agregó Zomosa.
Imagen: Jumper, Ximena Zomosa. Fuente: Arte Agenda
Respecto a su obra, Ximena dijo que nacen de su intuición y de una búsqueda personal de su esencia, basándose en sus vivencias personales para plasmarlas en su trabajo: “Finalmente tienen una resonancia social porque las personas se ven reflejadas. De a poco, se comienzan los trabajos a cargar de significados”. A su vez, señaló que es un desafío lograr que reconozcan y den nuevos sentidos a sus obras según las experiencias de quienes las conocen y que las incorporen a los movimientos actuales. Esto, tal como ha ocurrido con su obra Jumper, la que realizó el 2005 y volvió con La Revolución Pingüina el 2006 y que hoy reaparece también en el marco de la Ola Feminista.
La artista dio un mensaje a los jóvenes: “Su determinación debe pasar por arriba de todo, de la sociedad de la economía y deben potenciar otras áreas de trabajo para solventar la creación”. A esto agregó que el arte debe ser independiente, libertario y personal, pero que se puede ir encajando en diversas posibilidades.
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