El pasado y el presente de ser FEUC:
más allá de los liderazgos y el momento político
En 2023 se cumplieron 85 años de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), el máximo órgano de representación estudiantil. Hace seis años está en manos de la Nueva Acción Universitaria (NAU), el movimiento de centro izquierda de la UC, pero en su casi siglo de existencia no siempre fue así. ¿Qué prevalece en los liderazgos estudiantiles cuando las visiones de mundo no se comparten pero la representación continúa?
Autores: Amanda Astudillo, Trinidad Riobó y Nicolás Stevenson (@amandastudillo) (@trinidadriobo) (@_nicostevenson)
Editor: Felipe Labbé (@felipelabber)
“Una de las gracias de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) es precisamente su continuidad”, asegura Cristóbal Karle, alumno de Sociología y Ciencia Política UC sobre este organismo oficial de representación nacido hace 85 años.
“De hecho, debe ser una de las organizaciones de la sociedad civil que ha tenido una existencia ininterrumpida más larga”, agrega Karle, quien es también vocal de Academia y Rescate Histórico, una unidad perteneciente a la FEUC, que busca recuperar la memoria histórica de esta organización política estudiantil en la UC.
Si bien las diferencias de pensamiento son naturales en los liderazgos universitarios, hay algo que todos tienen en común. Las decisiones y prioridades de la FEUC se han visto históricamente marcadas por los contextos políticos de variadas maneras. En palabras de Karle, esto es la “existencia de culturas políticas”. Él la define como una cultura de hacer política, de reunirse y convocar estudiantes para luchar con y por un ideal común. Para él, existen dos culturas principales en la UC: la gremialista y la reformista, y asegura que la última es la que ha tenido mayor éxito a lo largo de los años.
Equipo FEUC 2023. Diego Brieba, Tamara Zeballos, Nicolás Valdés. Abajo: Benjamin Pérez, Sabina Orellana y Tania Hinostroza.
“Esta plantea una transformación de la universidad en las estructuras internas y la participación en el movimiento social, pero bajo una perspectiva de diálogo, no una perspectiva rupturista. Y, sobre todo, desde la propia identidad de la universidad, no en contra de ella”, explica.
Desde su primer presidente en 1938, el estudiante de ingeniería José Piñera Carvallo, la FEUC mantuvo una tendencia política alejada de la izquierda hasta 1993. Este primer liderazgo perteneció a la Falange Nacional, una de las facciones fundadoras de la Democracia Cristiana, el cual se extendió por ocho años. La dirección luego pasó a la DC por nueve años, hasta 1957. Pero con la elección del estudiante de ingeniería comercial, Ernesto Illanes, en 1969, el gremialismo, movimiento de derecha, permaneció a la cabeza de la FEUC por 16 años, incluyendo gran parte de la dictadura militar. Para esos años, “el Movimiento Gremial ya estaba completamente comprometido en la lucha nacional, en la lucha contra el gobierno de Allende”, asegura Karle, de la Academia y Rescate Histórico FEUC.
Entre los estudiantes ya había un movimiento en marcha que emergía con toda fuerza. Y la FEUC no estaba exenta de él.
Presidencialismo designado
En el marco de los 50 años del golpe de Estado, la idea de conmemorar aquella fecha no es compartida por todos. El abogado Javier Leturia contesta el teléfono mientras viaja a San Antonio para preparar “las celebraciones del once”, según comenta.
Leturia estudió Derecho en la UC entre 1968 y 1974 y fue el presidente de su Centro de Alumnos y del Movimiento Gremial en 1972. Desde esa posición, fue un líder estudiantil en la resistencia al sistema social que en el momento proponía la Unidad Popular de Salvador Allende, lo que lo llevó a ser elegido para presidir la FEUC de 1973.
Javier Leturia en 1973.
Leturia, hoy uno de los vicepresidentes del Partido Republicano, llegó a liderar la federación a partir de una consolidada adhesión gremialista que venía instalada desde 1970, pero que en 1973 ya se veía amenazada por la situación política del país. “Pasamos de haber dado siempre una lucha interna en la universidad, completamente alejados de la política y luchando por una buena vida académica y estudiantil, a ser golpeados en lo social, en la libertad”, recuerda.
Leturia afirma que, durante su periodo como representante, las prioridades del entorno cambiaron. El escenario universitario adquirió más carácter político que académico.
“La lucha de la libertad pasó a desplazar la inquietud de los estudiantes. De hecho, nadie estaba estudiando, nadie estaba preocupado por la carrera en ese momento”, afirma.
Tras la FEUC de Leturia en 1973, las autoridades designaron la presidencia de la federación por 12 años. Esta imposición duró hasta que en 1985 las elecciones democráticas volvieron a la UC, lo cual fue posible tras una serie de protestas que nacieron de las demandas estudiantiles que tenían en su centro, la realización de elecciones directas.
Javier Leturia
El primer presidente en asumir tras la vuelta de las elecciones democráticas fue el, entonces, estudiante de derecho, Tomás Jocelyn-Holt, representando a la Democracia Cristiana (DC). “Mi generación marcó un hito”, recuerda Jocelyn-Holt.
“Fuimos testigos involuntarios de un momento histórico del país que nos marcó. Y yo diría que en cierto sentido rendimos bien”, afirma el exdiputado sobre el que se convirtió en un momento trascendental en la historia de la federación.
Y luego agrega: “En general, todas las personas que tuvimos algo que ver en esa etapa hemos seguido dedicados a lo público. Podrás estar en desacuerdo con uno u otro, habremos podido distanciarnos y hasta criticarnos incluso, pero somos intérpretes del momento. Tenemos una vocación pública y una visión de Chile que se formó en esa etapa”.
Tomás Jocelyn-Holt, 1985.
Mirando en retrospectiva, Jocelyn-Holt toma distancia respecto al modo de hacer política universitaria con las federaciones que siguieron tras el 2000, especialmente con las más actuales. “Yo soy muy duro en marcar la diferencia entre lo que nos tocó a nosotros y lo que ocurre hoy día por parte de un grupo de personas que quiere darle un valor generacional a lo que está haciendo”, menciona.
Los estudiantes en el centro
La FEUC actual está encabezada por Sabina Orellana, militante de la Nueva Acción Universitaria (NAU), movimiento de centro izquierda de la universidad. Orellana es estudiante de actuación y derecho y es la octava presidente mujer al mando de esta organización.
Si bien una FEUC como la actual tiene evidentes diferencias con una liderada desde el gremialismo de los 70, para Orellana las federaciones convergen en el “profundo respeto a la democracia, al menos de las que fueron electas. Hay una importancia del voto estudiantil que le da el poder a la federación, y creo que eso es bastante transversal a lo largo de la historia”, afirma. Y agrega: “Nosotros pertenecemos a esa institución, por lo que queremos mejorarla. Y eso implica cambios, crítica, revoluciones”, dice.
Javier Leturia recalca que al margen de la federación y su entorno -ya sea la actual liderada por Orellana con la NAU o la que él mismo encabezó 50 años atrás con el Movimiento Gremial—, lo importante es entender la identidad que tiene el hecho de ser FEUC. “Las federaciones muy políticas serán muy de izquierda, pero no se despreocupan de los temas directamente estudiantiles”, asegura.
Para Leturia lo que debiera ser primero en un movimiento de la naturaleza de la FEUC son los estudiantes. “Ese es el denominador común. Ayer, hoy y siempre”, afirma.
Sabina Orella, presidenta actual de la FEUC.
En su gestión, Orellana se ha obstinado en promover espacios de reflexión y memoria en la universidad a propósito de los 50 años del golpe. Leturia, por su parte, cree que durante estas fechas la federación debería mantener la distancia. “La edad promedio de los estudiantes es de 20 a 22 años. Tomar parte como una organización me parece que no tiene ningún sentido. Malinterpreta absolutamente el rol de una asociación de estudiantes”, afirma el abogado, quien también aprovecha la instancia para aconsejar a las siguientes generaciones, pidiéndoles que “sean gremialistas” y que excluyan “cualquier visión que politice la universidad”.
Para Orellana, en cambio, la conmemoración es uno de los hechos políticos más importantes de su mandato. “Nuestra FEUC ha sido pintada con el color de los 50 años, el cual es un color de respeto, reflexión y empatía”, asegura. Además, confía que si Chile llegase a pasar por una situación similar, “la universidad y todo el estudiantado va a estar del lado de la sabiduría, de las distintas expresiones, de la libertad y de la democracia”, dice.
Sobre sus autores:
Amanda Astudillo es estudiante de Periodismo de tercer año en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica. Este 2023 es Presidenta del CECOM y ha participado en distintos programas de Radio UC. Actualmente es editora de la revista kmcero.
Trinidad Riobó es estudiante de Periodismo de tercer año en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica. Este 2023 es Secretaria General del CECOM y ha participado en distintos programas de Radio UC. Actualmente es editora de la revista kmcero.
Nicolás Stevenson es estudiante de Periodismo de tercer año en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica. Se ha desempeñado en Radio UC en coberturas para Elecciones FEUC y en el Jugo de Pelotas (@jugodepelotas). Actualmente es editor de la revista kmcero.
Revisa más contenidos del especial Voces universitarias: Una mirada estudiantil a 50 años del golpe: